Suspendido. Fragmentando el espacio. Hipnotizando a su presa con un arma sutil, diseñada para herir con pura belleza. Tatuando lo eterno a golpes de ritmo y armonía. Gozando sin saber, que su simple existencia, sacude de su letargo a las bestias que antes solo se definían como hombres.
1 comentario:
Morir por la belleza... "Muerte en Venecia".
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