En algún sitio en Londres, estacioné la memoria. Untándose con acetona y agua destilada, las limas que pulen lo perfecto del tiempo; esculpieron, para deleite de siglos, el monumento de mujeres con historias de gentlemen bebiendo ginebra en la roca de tierra del que obtiene su felicidad al encontrar el gozo de buscarla. Pasillos prohibidos son mi memoria. recorridos infames de un mundo que se niega a manifestarse. en algún sitio...En Londres, se estacionó la memoria.
